15 octubre 2008

Hoy, en Sociedad Red 2008

por Santi Garcia

Hoy he asistido a la primera jornada del curso Sociedad Red 2008: cambios sociales, organizaciones y ciudadanos, que ofrece el Consorci Universitat Internacional Menéndez Pelayo de Barcelona. Cuando conocí la existencia de este evento lo vi como una ventana por la que dejar entrar nuevas ideas, conceptos y tendencias. Y no me ha defraudado. Aunque por problemas de agenda no he podido quedarme a la última ponencia (mea culpa) y tampoco podré asistir a las sesiones de mañana y el viernes, me lo apunto en la agenda por si organizan una nueva edición el año que viene.

Tras la introducción, a cargo de Juan Freire, Irene Mia, del Foro Económico Mundial, hizo una presentación sobre el grado de desarrollo de la sociedad red en el planeta a partir de los resultados del Global Information Technology Report, en particular, el Network Readiness Index, un índice que refleja en qué medida se aprovechan los avances tecnológicos en 134 países, y que guarda una alta correlación con otro índice -el Global Competitiveness Index- que representa el potencial de crecimiento a largo plazo de esos países. Sólo un dato: España ocupa el puesto 31 de la lista. No digo más.

Después llegó lo que en mi opinión fue el plato fuerte del día: la intervención de Enrique Dans sobre «organizaciones en la sociedad red». Según Enrique todo apunta a que asistiremos a un profundo proceso de desestructuración de la arquitectura organizativa de las empresas, y no sólo en su vertiente tecnológica. El premio Nobel Ronald Coase decía que la figura del directivo se justifica como asignador de recursos en situaciones en que los costes de transacción son altos y, por tanto, es más eficiente la planificación del directivo que confiar simplemente en los mecanismos de mercado, pero ¿qué pasa en un mundo donde la información es más abundante que nunca y esos costes de transacción son cada vez más bajos? ¿Tiene sentido mantener estructuras propias de un tiempo donde la información era un privilegio?

Aunque internet está «deshaciendo el ovillo» que la humanidad ha tejido a lo largo de siglos de historia, de forma que lo que antes sólo podían hacer una élite ahora lo podemos hacer todos, la realidad es que todavía son muy pocas las empresas que le sacan a la red todo el jugo que podrían sacarle. Pero no es de extrañar. Es muy difícil vencer la resistencia de toda una generación educada en un modelo donde la información es un recurso escaso, donde «información es igual a poder». Sin embargo, unos costes de entrada en la tecnología cada vez más bajos abren nuevas oportunidades para «captar para la causa» a algunos directivos reticentes. Todo es cuestión de identificar y plantearles una oferta de valor que les mueva al cambio.

Aunque quizá el mayor reto siga estando en el campo de la educación. Al fin y al cabo de ella depende en gran parte el futuro de nuestra sociedad. ¿Qué sentido tiene que los profesores sigan pidiendo a los alumnos unos trabajos que hoy en día copian de la Wikipedia sin ni siquiera leérselos? ¿Qué les aporta? ¿No tendría más sentido enseñarles a crear contenido y evaluarles por ello?

Para acabar, Santiago Ortiz, de Bestiario, partiendo de los conceptos de empresa como membrana semipermeable, complejidad y emergencia, nos ofreció una visita guiada a diferentes soluciones para visualizar información. Toda una «cata» del futuro (próximo) que nos espera.

No me he podido quedar a más. Una pena.

Imagen RocaSalvatella bajo licencia Creative Commons

1 Comentario

  1. Hace tiempo que estoy convencido de que la empresas como las conocemos van a cambiar radicalmente en los próximos años, especialmente en cuanto a estructura, pero nunca lo había pensado desde el punto de vista de la gestión/posesión de información.

    Muy interesante.

    JM

Comments are closed.