21 agosto 2006

Ante todo mucha calma

por Santi Garcia

Vuelta de vacaciones. Suena el despertador a su hora habitual, llegamos al despacho y nos enfrentamos con un panorama al que no acabamos de acostumbrarnos, pese a que es el mismo año tras año. Probablemente nos espere encima de la mesa gran cantidad de cartas y algún que otro fax. Cuando encendemos el ordenador una larga lista de correos sin abrir nos recibe con la agresividad que siempre transmiten sus títulos en letra negrita. Es posible, incluso, que desde primera hora de la mañana unos cuantos desaprensivos empiecen a bombardearnos con llamadas para fijar esa cita que dejamos pendiente para «después de vacaciones». El desencadenante perfecto de lo que ahora se llama «síndrome post-vacacional».

Mejor tomárselo con calma. La planificación es fundamental, para lo que la agenda es de gran ayuda. Lo primero es establecer prioridades. Mi consejo es descolgar el teléfono mientras pasamos en diagonal por el correo pendiente y separamos el grano de la paja. Démosle a la tecla «Supr» con alegría. Seamos también generosos a la hora de decidir qué temas son delegables. La sobrecarga post-vacacional es una excusa excelente para poner en práctica el hábito de la delegación. A partir de ahí empezaremos a rellenar la agenda teniendo en cuenta la urgencia e importancia de los diferentes asuntos. En unas pocas horas nos sentiremos más aliviados cuando nos demos cuenta de que los temas que se han ido acumulado durante el verano, y que a primera hora nos parecían un mundo, ahora son perfectamente asumibles.

Otros consejos para una «vuelta al cole» sin traumas: no intentes ponerte al día a base de jornadas interminables, procura aumentar tu nivel de actividad profesional progresivamente a lo largo de esta primera semana. Aprovecha también para visualizar el curso que comienza e intentar planificar a largo plazo. Piensa en los buenos momentos de las vacaciones pasadas. Considera el próximo fin de semana como unas mini vacaciones que llegarán en menos de cinco días. Y, por supuesto, busca tiempo para hacer deporte, estar en familia, comer equilibradamente, respetar las horas de sueño, cultivar el espíritu … Como decían los de Siniestro Total: «ante todo mucha calma».

Imagen Maris Pehlaks bajo licencia Creative Commons