30 noviembre 2010

Competencia digital: Más allá de la tecnología

por Santi Garcia

Vale que los individuos deben ser los primeros responsables de su desarrollo profesional, ya que de ello depende su competitividad en un mercado de empleo volátil e incierto. Aun así, pienso que las empresas deberíamos poner un poquito más de nuestra parte para facilitar el desarrollo de la “competencia digital” de nuestros colaboradores. Más que nada porque a estas alturas nadie nos puede asegurar que nuestro sector no sufrirá su particular «apagón digital», del mismo modo que ya lo han sufrido otras industrias.Y mejor sería que no nos pillase en fuera de juego.

El hecho es que, a día de hoy, en un buen número de organizaciones conviven personas que se han quedado al otro lado de la brecha digital; “inmigrantes digitales”, que van haciendo lo que buenamente pueden; y “nativos digitales” que, aunque hayan nacido a finales de los ochenta, no necesariamente poseen las claves ni los criterios que necesitan para manejarse adecuadamente en un escenario de hiperconectividad y sobreabundancia de información como el actual.

En el mejor de los casos, las empresas tienden a pensar que la solución pasa por implantar y enseñar a las personas de la organización a utilizar una serie de herramientas y soluciones de base tecnológica. Sin embargo, el concepto de competencia digital es mucho más amplio. Jordi Adell lo explica con mucha claridad en el video que encontraréis más abajo. Según este profesor de la Universitat Jaume I de Castellón dentro de la competencia digital se pueden distinguir los siguientes cinco componentes:

Competencia informacional

La capacidad de trabajar con información: buscarla, analizarla, evaluarla e interpretarla, así como crear y difundir nueva información.

Competencia tecnológica

Saber usar las herramientas hard y soft que la tecnología pone a nuestra disposición, pero también valorar cuales de esas soluciones son las que mejor se adaptan a nuestras necesidades.

Alfabetizaciones múltiples

Aprender a interpretar y a expresarse en todos esos otros lenguajes que potencia la Red, como es el lenguaje de los vídeos, las infografías, etc.

Competencia cognitiva

Ser capaces de discriminar, ser críticos y selectivos con las diferentes fuentes de información que compiten por captar nuestra atención, así como de transformar la información en conocimiento.

Ciudadanía digital

Adquirir unas pautas de conducta que nos ayuden a vivir y trabajar en un mundo en el que, con frecuencia, lo real y lo virtual se confunden.

Claro que, en muchos casos, los líderes de las empresas, y en particular sus responsables de Recursos Humanos, tendrían que empezar por hacer sus deberes, predicar con el ejemplo, y preocuparse de mejorar su propio nivel de «digitalización» que en no pocas ocasiones deja mucho que desear. Y esto pasa por escuchar las tendencias del entorno, interpretar qué implicaciones tienen esas tendencias para la organización, y llevar a cabo una reflexión profunda y rigurosa sobre la distancia que separa el nivel de competencia digital que poseen hoy del que necesitan para que no les pille el toro.

Y actuar en consecuencia.

Imagen Simon Pearson bajo licencia Creative Commons