27 abril 2019

Las ardillas púrpura se multiplican

por Santi Garcia

En Estados Unidos, reclutadores y headhunters llevan años utilizando la expresión ‘ardillas púrpura’ (purple squirrels) para referirse a aquellos candidatos que necesitan reunir una combinación de cualidades tan particular que hace que sean muy escasos y difíciles de encontrar. Lo que sucede es que cada vez son más los reclutadores que se sienten como si fuesen cazadores de ardillas púrpura. O al menos esto es lo que nos cuentan. ¿A qué se debe esto?

Un reciente informe elaborado por Burning Glass Technologies, una empresa de Boston que utiliza una interesante tecnología de inteligencia artificial para analizar millones de ofertas de trabajo y transiciones de carrera para proporcionar una visión de los patrones del mercado laboral, nos pone sobre la pista de una tendencia del mercado laboral que contribuye a este fenómeno: el auge de los ‘empleos híbridos’ (hybrid jobs).

Este término hace referencia al hecho de que cada vez son más las empresas que buscan en sus colaboradores combinaciones de capacidades (conocimientos, habilidades) que se salen de lo habitual o que incluso pueden percibirse como contrapuestas. El informe de Burning Glass, empresa que lleva rastreando este fenómeno desde 2015, nos advierte de una aceleración de la demanda de este tipo de perfiles. En concreto, el informe pronostica que en Estados Unidos esta clase de empleos crecerá un 21% durante la próxima década, más del doble que el total del mercado laboral de ese país.

Parte del incremento en la demanda de esta clase de perfiles tiene que ver con la revolución tecnológica. Según los datos de Burning Glass, los avances tecnológicos están cambiando la forma en que se realiza el trabajo en más de 250 ocupaciones, una transformación caracterizada por un aumento en la complejidad de los empleos que, a su vez, provoca que los trabajadores que los realizan necesiten poseer una mayor diversidad de capacidades.

De entre estas capacidades hay algunas que actúan como fuerzas de hibridación, al extenderse a una variedad de roles para los que hasta ahora no se requerían. Tomemos como ejemplo los conocimientos de análisis de datos, data science, etc. Según los datos de Burning Glass, en todo 2010 solo se publicaron 150 vacantes para personas expertas en la aplicación de conocimientos de estadística para el análisis de situaciones y problemas de negocio, y la mayor parte de ellas eran para Wall Street. Apenas ocho años más tarde, en 2018, fueron más de 1,7 millones las ofertas de trabajo, en todo tipo de industrias, en las que se pedía que los candidatos poseyeran, además de los requisitos ’típicos’ del puesto, conocimientos de data science.

Otro ejemplo es la creatividad, ahora muy demandada en una amplia gama de ocupaciones técnicas y de gestión donde hasta hace relativamente poco era muy poco o nada valorada.

O la empatía.

O la curiosidad…

La cuestión es que cada vez más trabajos son ‘híbridos’ y requieren conjuntos de habilidades que nunca antes se encontraban en el mismo trabajo, como marketing y análisis estadístico, o diseño y programación. El informe de Burning Glass revela que una cuarta parte de todas las ocupaciones en la economía de Estados Unidos muestran fuertes signos de hibridación, contándose además, en su gran mayoría, entre las de mayor crecimiento y mayor remuneración, y también las más resistentes a la automatización. Algunos de estos trabajos son nuevos, otros son versiones nuevas de trabajos existentes, pero todos ellos plantean desafíos muy diferentes para trabajadores, estudiantes, empleadores y educadores.

Entre otros motivos, porque este fenómeno puede exacerbar la polarización del mercado laboral entre unos trabajadores capaces de aprovechar el auge de los empleos híbridos para ganar terreno y otros incapaces de adaptarse a estas nuevas demandas que corren un serio riesgo de quedarse atrás.

Aunque, tal como se explica en el informe, también hay claras oportunidades asociadas a esta tendencia: Los empleadores pueden aprovecharla para enriquecer los trabajos de sus colaboradores y para fomentar su desarrollo profesional así como para orientar sus iniciativas de reskilling y upskilling, los trabajadores pueden tenerla presente cuando deciden acciones para incrementar su empleabilidad, y las instituciones educativas para mejorar el alineamiento de los curriculums con la demanda real del mercado.