Menos predicar y más ejemplo

Probablemente la medida no responda tanto a la necesidad de recortar costes como a la oportunidad de enviar un mensaje inequívoco a la organización. Seguramente el coste del incremento para los empleados supera con creces los ahorros que se derivan del recorte salarial en la cúpula de la compañía, pero el mensaje está ahí y no deja lugar a dudas: "El entorno no es favorable y la dirección de la empresa está dispuesta a soportar la primera embestida mientras continúa confiando en sus personas. En los tiempos difíciles todos estamos en el mismo barco."
Muchos empleados del gigante de la distribución de alimentos se sentirán felices al ver el aumento reflejado en su nómina. Otros, más escépticos, pensarán que si los directivos ya se han recortado el sueldo -aunque sea de forma voluntaria- no debe faltar mucho para que les toque el turno a ellos. Puede ser. En cualquier caso, si en el futuro es necesario practicar ajustes salariales a toda la plantilla se entenderán y aceptarán mejor si los dirigentes de la empresa han sido los primeros en sufrirlos.
Una formula sencilla al alcance de cualquier empresa, y sin embargo, salvo honrosas excepciones, qué pocos la ponen en práctica en nuestro entorno más próximo, ... a pesar de la que está cayendo.
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